La desalinización o desalación es un proceso de tratamiento del agua, normalmente de mar o salada, que se convierte en agua potable para su suministración a la sociedad. Existen distintos métodos para minimizar los niveles de sal en el agua, pero el proceso más común es de ósmosis inversa, el cual tiene una efectividad de más del 60% a diferencia de otros tratamientos.
La desalinización del agua es importante ya que aproximadamente dos tercios de la superficie del planeta están cubiertos de agua, el 2.5% es agua dulce y solo el 0.4% se convierte en un líquido apto para el consumo del ser humano.
El sistema ósmosis inversa consiste en la aplicación de presión sobre el agua salada y hacerla pasar a través de una membrana cuya función ayuda al paso del líquido, pero no la sal, funcionando como un colador para el agua. Una vez que se realiza este proceso el agua no queda completamente libre de sales; sin embargo, queda libre en gran parte.
Este se convierte en uno de los procesos más factibles en cuestión ecológica, ya que el mismo se realiza gracias a la energía del medio ambiente, generando la presión necesaria para el tratamiento del agua.